Los muebles de exterior tipo sintético sólo necesitan de una limpieza regular con agua y jabón, mientras que los de hierro deben higienizarse con un cepillo de cerdas y amoníaco.
El metal aunque es muy sensible a la humedad, es un material muy duradero. El principal problema que presenta es la oxidación.
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En el caso de las maderas tropicales, éstas son muy resistentes, para nutrirlas se puede pasar un paño empapado con un aceite especial un par de veces al año.
La teca soporta muy bien la humedad y las bajas temperaturas. Su resistencia a la lluvia la convierte en uno de los peores enemigos de la humedad.
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En el caso de los muebles de resina, por lo general resultan bastante inalterables al clima por lo que solo es necesario limpiarlos con un paño húmedo y procurar que las sillas blancas no se tornen amarillentas.
Resisten muy bien al exterior, aunque con el paso del tiempo pueden deteriorarse y llegar a amarillear.
Las fibras vegetales aguantan muy bien a la intemperie. De hecho, la caña de bambú, el mimbre o el rattán son las más utilizadas debido a su resistencia al sol y a la humedad, aunque conviene cubrir los muebles en las épocas más frías.
Fuente: Revista piscinas y jardines
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