Una silla para la penitencia


En una silla pueden encontrarse todas las ataduras del ser humano; este objeto puede ser un símbolo con muchos significados en los que se encuentran nuestras represiones, inseguridades, miedos y todo aquello que nos limita; es simplemente un fetiche.
Así lo afirma la diseñadora Erika Winters, una creativa mexicana que ha creado un diseño especial: la silla Lone Ranger para “flagelarse”.
La también interiorista presentó esta propuesta recientemente durante la inauguración de la exposición Furniture Fetish en la galería de arte Antebellum Gallery en Los Ángeles, California; la muestra abierta permanecerá hasta el 27 de agosto.
El objetivo de Furniture Fetish es exponer piezas artísticas de mobiliario o decoración que, además de estéticos y funcionales, expongan el concepto del fetichismo, el cual no es más que la devoción hacia los diferentes objetos materiales.
La exposición se basa en la filosofía de que cuando se está en posesión de un objeto fetiche surge la necesidad de dominar el todo y la nada como la experiencia vicaria con el absoluto.
“En el mundo del diseño, todo objeto es en esencia un fetiche; lo misterioso es que no siempre se sabe qué componentes desencadenarán su poder y nuestra fascinación”, aseguró Erika Winters.
En esta ocasión, Erika Winters -la única participante mexicana en la muestra- creó en exclusiva para la exposición esta silla arte-objeto, conceptualizada desde la mirada del diseño e inspirada en el ser humano, realizada en madera de Chijol y forjada en hoja de plata, dando como resultado un objeto único y exclusivo.
“Reflexioné mucho sobre cuál podría ser el objeto fetiche que representa mi interior. Siempre me gusta pensar realmente lo que voy hacer y por qué lo hago; me gusta ofrecer algo diferente y pienso mucho en la reacción de la gente y que le haga pensar.
“En esta ocasión me metí muy a fondo al tema del feticihismo en donde me di cuenta que no solamente es hablar de la sexualidad, es un tema inmenso porque abarca desde lo político, religioso, social, entre otros puntos; es un tema difícil”, expresó la diseñadora.

Más allá del tabú
Para ella, desde recoger una moneda en la calle para atraer la suerte es un fetiche, pero este tema lo transportó de una manera extrema hacia la sociedad y el comportamiento humano.
“No es que no valore el tema religioso, ni que se malinterprete, pero también tiene que ver un poco con esto. La silla es la representación de una liberación, te amarras a ella representando a los ortodoxos religiosos que se amarran cintas hasta que sangran y ellos tienen que sufrir para mercer el cielo y esto para ellos es una liberación. La corona de espinas es la sangre del ser humano. Con esto demuestro que para mí el fetichismo no nada más es lo sexual”.
Para ella al nacer ya traemos cargando muchas cosas, ya se nace con un karma y ya traemos ciertas cosas que van a marcar nuestra vida.
“Cuando tienes que enfrentar tu realidad y el momento en el que te estás reinventando, te sientas en la silla a reflexionar; también está inspirada en El pensador de Rodin y en el Dante de la Divina comedia.
“La silla es lo primero que nos ha unido con los pensamientos, te sientas a meditar, a escribir, a hacer cuentas, a comer, a convivir, esto es la liberación, cuando te levantas de ella dejas ahí todo ese peso y te vas”.
Es por eso que a la Lone Ranger le dio una acabado desgastado que representa todo lo acumulado en la mente del hombre.
La exhibición está compuesta por 13 piezas fetichistas creadas por artistas y diseñadores norteamericanos en las que aparecen candiles elaborados con jeringas, tazas con la efigie de la cantante Amy Winehouse, falos de madera, entre otros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario